Aquellos poemas que leemos de niños, y se nos hacen mágicos, tan sólo repitiéndolos, y crecen con nosotros en nuestro interior….
¡Qué tranquilidad violeta
por el sendero a la tarde!
A caballo va el poeta…
¡Qué tranquilidad violeta!
La dulce brisa del río,
olorosa a junco y agua,
le refresca el señorío…
La brisa leve del río.
A caballo va el poeta…
¡Qué tranquilidad violeta!
Y el corazón se le pierde,
doliente y embalsamado,
en la madreselva verde…
Y el corazón se le pierde.
A caballo va el poeta…
¡Qué tranquilidad violeta!
Se está la orilla dorando.
El último pensamiento
del sol la deja soñando…
Se está la orilla dorando.
¡Qué tranquilidad violeta
por el sendero, a la tarde!
A caballo va el poeta…
¡Qué tranquilidad violeta!
Juan Ramón Jiménez
Imagen: Happy Purple Forest Kingdom
Creación de Bloody But Beautiful